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martes, 19 de noviembre de 2013

La paz en el mundo

¿Es posible la paz mundial?

El mundo está lleno de guerras, terrorismo, agitaciones y confusiones. Los hombres han creado muchos inventos tecnológicos increíbles pero no pueden vivir en paz.
¿Cómo es posible que la avaricia de los países más desarrollados siga depredando las riquezas y los recursos naturales de los países menos desarrollados? Unos de los múltiples ejemplos que hay, es la invasión de Irak por las tropas estadounidenses. El ataque fue disfrazado por diversos discursos ideológicos, siendo la principal razón, el deseo desmedido de poseer y adquirir las riquezas del otro.

Películas que se basan en hechos reales como Diamantes de sangre, basado en el drama de Sierra Leona, donde la búsqueda de piedras preciosas que se encuentran dentro de zonas en guerra, se venden para financiar dichos conflictos armados. O el famoso caso del criminal de guerra ugandés, Kony, quien secuestra a miles de niños convirtiéndoles en niños soldado.  Estos dos ejemplos, muestran la verdadera avaricia del ser humano cuando hay intereses de por medio. Este hecho nos recuerda a una célebre frase del famoso filósofo Platón: ¨ La pobreza no viene por la disminución de las riquezas si no por la multiplicación de los deseos¨. Nuestra pregunta es,  ¿en qué mundo vivimos? 





Es ”gracioso” pensar que hay un día internacional de la paz, cuando en realidad, debe estar presente los 365 días del año, en todos los rincones del planeta. ¿Y de qué sirve tener un día internacional de la paz si luego hay dictaduras, guerrillas, secuestros, tráfico de personas…?.


Encontramos el vídeo “Say What you Will”, que transmite las reflexiones de un pueblo sudafricano, el cual pide ayuda y justicia para poder cambiar la situación actual en la que se encuentran. Muchas personas nos podemos llegar a preguntar por qué tantas diferencias si todos tenemos dos ojos, una nariz, una boca… unos con una tez más oscura que otros, pero en el fondo, todos iguales.



Somos los países desarrollados los principales culpables de estas terribles acciones y por ello, debemos ser los principales promotores del cambio. Antes de intentar conseguir un cambio en la lejanía, debemos empezar por cambiar nosotros mismos, nuestra forma egoísta de actuar. El querer ser siempre los mejores sin importarnos el resto de personas que puedan estar involucradas. Debemos compartir, ayudar en nuestro entorno y dejar de mirar nuestro propio ombligo.

Aludiendo al vídeo antes mencionado, destacamos este mensaje: Una voz puede empezar una revolución, el cambio está en nuestras manos. Así menciona también nuestro profesor Jaime Nubiola, en su libro “Invitación a pensar”, que la paz es posible mediante el diálogo y un conocimiento mutuo a través de una comprensión cordial.

A muchas personas se nos vienen a la cabeza que para que este cambio suceda, los principales órganos de ayuda humanitaria son las ONGs, aquellas que se encargan de repartir lo recaudado a aquellos países que necesitan nuestra ayuda. Tristemente, hay gobiernos que no proporcionan a sus ciudadanos los derechos humanos básicos  y por tanto, no pueden llevar una vida digna.

Nos convertimos en seres avariciosos, donde el principal objetivo de los países es ser la primera potencia mundial dejando a un lado el valor de la raza humana. Debemos luchar por una igualdad, donde todos tengamos las mismas oportunidades sin importar el lugar donde hayas nacido.


La vida es bella, tan bella como para que algún ser humano egoísta nos prive de poder disfrutarla. 



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