qué más se puede pedir...

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martes, 12 de noviembre de 2013

La Nueva Generación

Los jóvenes de hoy en día presentan semejanzas respecto a los jóvenes de antaño. Vivimos en una sociedad en la que todos necesitamos sentirnos en compañía. No queremos conocer la soledad, le tenemos miedo y por tanto, nos mostramos reacios hacia todo aquel que se comporte de manera diferente a la nuestra, a la preestablecida por todos.

Desde que nacemos se nos acostumbra a estar rodeado por la gente de nuestro entorno que más nos quiere. Y es que son ellos, nuestros padres,  nuestros tíos, en general la familia y amigos, quienes se encargan de nosotros en el sentido de acogernos en el seno de la amistad y el cariño. Gracias a nuestro entorno, tenemos seguridad y confianza. Dejamos de lado la soledad y arropados y aceptados por un conjunto de personas llamado: sociedad.




Hoy en día los jóvenes, experimentamos un temor al compromiso y a las ataduras. Porque aunque tengamos la necesidad de sentirnos en comunidad para estar más seguros, tenemos miedo de no poder desprendernos de las ataduras y querer desentendernos.




Los jóvenes, ante la incertidumbre de sentirnos diferentes, buscamos cualquier momento  para seguir estableciendo vínculos y conseguir así integrarnos dentro de un grupo cada vez mayor de gente. Lo que sí que ha cambiado es la manera de entablar una relación con alguien y, es que hoy en día priman las redes sociales como medios de interacción y conocimiento mientras que antes era más común el cara a cara. Como todo, el uso de estas nuevas herramientas tiene sus aspectos positivos y negativos pero es algo que no nos concierne de momento.



La personalidad y formas de ser de muchos jóvenes, se ve frustrada como consecuencia de la voluntad de querer ser como los demás y por tanto dejar de lado los rasgos individuales de cada uno, así lo dijo también Jaime Nubiola alegando que para los jóvenes “ser normal” es siempre actuar como los demás. Muchos jóvenes ocultan sus diferencias personales porque necesitan ser aceptados por sus iguales.
Tendemos a  decir y a catalogar a todos aquellos que no siguen la corriente. Esas  personas que se diferencian por ir a contracorriente, rápidamente se les define como extravagante, excéntrico o lo que es lo mismo friki. Se les etiqueta por el mero hecho de no actuar, de no decir lo mismo que diría el resto de personas.


Amigos Frikis - Posiblemente los mas sinceros que puedas tener


En la actualidad, tenemos alcances tecnológicos y fuentes de conocimiento que nos permiten conocer una gran cantidad de cosas, pero no todos conocen lo que es la verdad de las cosas, de la vida. Aquellos que se muestran incapaces de buscar la verdad de las cosas y de la vida son porque padecen  la pereza. Son personas perezosas en el ámbito del trabajo, que se conforman con lo mínimo, buscan el máximo beneficio con el mínimo esfuerzo.  Y es que hay veces que se necesita mucho esfuerzo para conseguir conocer y hay quienes no están dispuestos a esmerarse.

Nos han hecho vivir en una especie de burbuja de la que dependemos íntegramente. Esta dependencia puede, y en ocasiones ocurre, suponer o conllevar un problema ya que nos separaría poco a poco de nuestra vida cotidiana Con esto quiero decir que la dependencia, y ahora hago alusión a cualquier dependencia,  contrae consecuencias. Por ejemplo; antes hemos visto que las redes sociales están en auge hoy en día y que un gran número de personas lo utilizamos como medio de conocimiento y de interacción, pero lo que no hemos explicado es la adicción que crea. Con esto quiero decir que cada vez es más frecuente ver a un joven delante de la pantalla del ordenador subiendo fotos a internet o chateando con algún amigo, o grupos de amigos sentados en una terraza de un bar con sus móviles de última generación en sus manos sin ningún tipo de conversación entre ellos. Por tanto, estas herramientas crean una cierta dependencia en algunas personas. Además, también podemos poner el ejemplo de buscador como Google o Yahoo en los que con un simple clic tenemos a nuestra disposición una gran cantidad de información (trabajos, imágenes, noticias, reportajes...).





Esta dependencia de las redes sociales ha llevado a que haya jóvenes vagos y cómodos. Y es que estos nuevos jóvenes han nacido rodeados por nuevas tecnologías y en una sociedad en la que el bienestar está más que asentado. No conocen la mayoría de ellos lo que significa el esfuerzo y en consecuencia tampoco la recompensa.

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