LA FELICIDAD TIENE QUE VER CON LA REALIZACIÓN DE LOS SUEÑOS Y ANHELOS, Y CON ENCONTRAR EL POR QUÉ DE LA VIDA
PERO, PARA QUE SEA DURADERA, ESA BÚSQUEDA DEBE DE HACERSE CON INTELIGENCIA Y MUCHA RESPONSABILIDAD.
¿ERES FELIZ?
¿CUALES SON LOS PASOS HACIA UNA VIDA REALIZADA?
¿COMO SE CONSIGUE LA FELICIDAD?
ES UNO DE LOS SUEÑOS INNATOS DE TODO SER HUMANO
6 FACTORES IMPRESCINDIBLES DE LA FELICIDAD
1) Actitud positiva: es el ajuste emocional voluntario que nos hace levantarnos de las dificutades. Es el talante necesario que nos permite amenizar la existencia, reír con optimismo, creer y seguir soñando.
2) Libertad: es la independecia personal necesaria con el objetivo del bien propio y el de los demás.
3) Relaciones saludables: son las conexiones sociales que necesitamos desarrollar y conservar con otros como seres humanos, encontrando mejores amigos en la vida, disfrutando con una familia y conviviendo con nuestro entorno.
4) Desempeño: es saber que cosas sabemos hacer, y tener el espacio para hacerlo, acarreando un sentido de valor y de estima propia.
5) Hacer el bien: ayudar a otros a alcanzar su propia de realización, supliendo sus necesidades y apoyando sus sueños.
6) Recompensa: la remuneración justa por nuestro trabajo, el reconocimiento de nuestros esfuerzos, y saber que nuestros actos redundan en asuntos positivos y productivos.
El mundo está lleno de
guerras, terrorismo, agitaciones y confusiones. Los hombres han creado muchos
inventos tecnológicos increíbles pero no pueden vivir en paz.
¿Cómo es posible que la avaricia de los países más desarrollados siga
depredando las riquezas y los recursos naturales de los países menos
desarrollados? Unos de los múltiples ejemplos que hay, es la invasión de Irak
por las tropas estadounidenses. El ataque fue disfrazado por diversos discursos
ideológicos, siendo la principal razón, el deseo desmedido de poseer y adquirir
las riquezas del otro.
Películas que se basan en
hechos reales como Diamantes de sangre, basado en el drama de Sierra Leona, donde
la búsqueda de piedras preciosas que se encuentran dentro de zonas en guerra, se
venden para financiar dichos conflictos armados. O el famoso caso del criminal
de guerra ugandés, Kony, quien secuestra a miles de niños convirtiéndoles en
niños soldado. Estos dos ejemplos,
muestran la verdadera avaricia del ser humano cuando hay intereses de por
medio. Este hecho nos recuerda a una célebre frase del famoso filósofo Platón:
¨ La pobreza no viene por la disminución de las riquezas si no por la
multiplicación de los deseos¨. Nuestra pregunta es, ¿en qué mundo vivimos?
Es ”gracioso” pensar que hay
un día internacional de la paz, cuando en realidad, debe estar presente los 365
días del año, en todos los rincones del planeta. ¿Y de qué sirve tener un día
internacional de la paz si luego hay dictaduras, guerrillas, secuestros,
tráfico de personas…?.
Encontramos el vídeo “Say
What you Will”, que transmite las reflexiones de un pueblo sudafricano, el cual
pide ayuda y justicia para poder cambiar la situación actual en la que se
encuentran. Muchas personas nos podemos llegar a preguntar por qué tantas
diferencias si todos tenemos dos ojos, una nariz, una boca… unos con una tez
más oscura que otros, pero en el fondo, todos iguales.
Somos los países
desarrollados los principales culpables de estas terribles acciones y por ello,
debemos ser los principales promotores del cambio. Antes de intentar conseguir
un cambio en la lejanía, debemos empezar por cambiar nosotros mismos, nuestra
forma egoísta de actuar. El querer ser siempre los mejores sin importarnos el
resto de personas que puedan estar involucradas. Debemos compartir, ayudar en
nuestro entorno y dejar de mirar nuestro propio ombligo.
Aludiendo al vídeo antes
mencionado, destacamos este mensaje: Una voz puede empezar una revolución, el
cambio está en nuestras manos. Así menciona también nuestro profesor Jaime
Nubiola, en su libro “Invitación a pensar”, que la paz es posible mediante el
diálogo y un conocimiento mutuo a través de una comprensión cordial.
A muchas personas se nos
vienen a la cabeza que para que este cambio suceda, los principales órganos de
ayuda humanitaria son las ONGs, aquellas que se encargan de repartir lo
recaudado a aquellos países que necesitan nuestra ayuda. Tristemente, hay
gobiernos que no proporcionan a sus ciudadanos los derechos humanos básicos y por tanto, no pueden llevar una vida digna.
Nos convertimos en seres
avariciosos, donde el principal objetivo de los países es ser la primera
potencia mundial dejando a un lado el valor de la raza humana. Debemos luchar
por una igualdad, donde todos tengamos las mismas oportunidades sin importar el
lugar donde hayas nacido.
La vida es bella, tan bella
como para que algún ser humano egoísta nos prive de poder disfrutarla.
¿Qué es la
felicidad? Para muchos es un estado de ánimo que uno siente en algunos momentos
de su vida. Los que defienden esta postura la definen como algo que surge de
manera momentánea como consecuencia de una acción que les ha resultado
placentera. Sin embargo, otros piensan que la felicidad se resume como la
satisfacción de todos los deseos que uno tiene, y que muchas veces se consigue
al entregarse a los demás.
En mi opinión, la
felicidad es algo que crece con la persona y que por tanto, se va adquiriendo a
la largo de la vida. Las experiencias personales son las que nos permiten
adquirir la capacidad de ser felices, cuanto más nos conocemos y cuantas más
cosas vivimos, más fácil resulta
entregarse a los demás y alcanzar con ello la esperada felicidad.
Aludiendo a este
tema, percibo cómo un momento gratificante el día en el que, terminadas mis
primeras prácticas en la Clínica Universitaria, sentí la recompensa de mi
esfuerzo en las palabras de felicitación que me trasmitieron los pacientes con
los que había estado durante esas semanas.
Esa experiencia,
me supuso un impulso en mi trayectoria personal y profesional, pues me aportó
la energía y felicidad necesaria para seguir luchando por lo que realmente
quiero ser. En este caso, veo reflejado mi ejemplo personal en una frase del escritor Paulo Coelho que dice: " La felicidad es a veces una
bendición, pero por lo general es una conquista".
Frente a estas
dos posturas y de manera opuesta, surgen
las personas egoístas. Estas solo piensan en sí mismas y eso les hace
ser infelices y por tanto, desconocen lo que es la felicidad. La felicidad
tiene que ser un deber, y todos debemos llevar a cabo acciones que nos permitan
experimentarla.
Es un error creer
que el ser humano puede alcanzar la felicidad con los bienes materiales o, como
se cita en el libro, cambiando cada tantos años de marido o mujer para intentar
alcanzar así esa sensación de bienestar. Pensar de esta forma es un error
antropológico. Ya lo dijo Fernando Savater; "La ambición por tener poder y
dinero muchas veces sirve de tapadera de carencias que no pueden adquirirse
como los bienes materiales".
En el libro se
habla también de las diferencias entre las familias con hijos únicos y las
familias numerosas. Las primeras por el hecho de tener un único hijo, este suele tener todo lo
que quiere, y que por tanto no conoce de la misma manera que los están
acostumbrados a repartir, los conceptos de la generosidad, el saber aprender de
los demás, el compartir de lo que escasea. Los hijos únicos no están habituados
a tener que compartir los bienes comunes con los demás por el hecho de que
ellos tienen bienes que le son propios y por tanto no tiene que compartir con
nadie más.
En muchas
familias en las que hay un hijo único, se da que el hijo anteponga su bienestar
al de los demás. Este hecho es en parte cierto, porque si que hay familias con
hijos únicos que sufren este problema. Pero también es verdad que existen
casos, entre los cuales me incluyo, en los que la familia educa a su único hijo
en valores que le enseñan a compartir y a pensar en los demás.
Jaime Nubiola, escritor del
libro "Invitación a pensar", afirma en el
mismo que los hijos de familias numerosas, por el hecho de estar habituados a
compartir y a saber no ser el único centro de atención de los padres, son
capaces de anteponer el cuidado de los demás al propio. Con esta idea,
entendemos que el egoísmo no se da, por lo general, de la misma manera en las
familias numerosas como en las de hijos únicos.
Los
jóvenes de hoy en día presentan semejanzas respecto a los jóvenes de antaño.
Vivimos en una sociedad en la que todos necesitamos sentirnos en compañía. No
queremos conocer la soledad, le tenemos miedo y por tanto, nos mostramos
reacios hacia todo aquel que se comporte de manera diferente a la nuestra, a la
preestablecida por todos.
Desde
que nacemos se nos acostumbra a estar rodeado por la gente de nuestro entorno
que más nos quiere. Y es que son ellos, nuestros padres, nuestros tíos, en general la familia y amigos,
quienes se encargan de nosotros en el sentido de acogernos en el seno de la
amistad y el cariño. Gracias a nuestro entorno, tenemos seguridad y confianza.
Dejamos de lado la soledad y arropados y aceptados por un conjunto de personas
llamado: sociedad.
Hoy
en día los jóvenes, experimentamos un temor al compromiso y a las ataduras. Porque
aunque tengamos la necesidad de sentirnos en comunidad para estar más seguros,
tenemos miedo de no poder desprendernos de las ataduras y querer desentendernos.
Los
jóvenes, ante la incertidumbre de sentirnos diferentes, buscamos cualquier
momento para seguir estableciendo
vínculos y conseguir así integrarnos dentro de un grupo cada vez mayor de gente.
Lo que sí que ha cambiado es la manera de entablar una relación con alguien y, es
que hoy en día priman las redes sociales como medios de interacción y
conocimiento mientras que antes era más común el cara a cara. Como todo, el uso
de estas nuevas herramientas tiene sus aspectos positivos y negativos pero es
algo que no nos concierne de momento.
La
personalidad y formas de ser de muchos jóvenes, se ve frustrada como
consecuencia de la voluntad de querer ser como los demás y por tanto dejar de
lado los rasgos individuales de cada uno, así lo dijo también Jaime Nubiola
alegando que para los jóvenes “ser normal” es siempre actuar como los demás. Muchos
jóvenes ocultan sus diferencias personales porque necesitan ser aceptados por
sus iguales.
Tendemos a decir y a catalogar a todos aquellos que no
siguen la corriente. Esas personas que se
diferencian por ir a contracorriente, rápidamente se les define como
extravagante, excéntrico o lo que es lo mismo friki. Se les etiqueta por el
mero hecho de no actuar, de no decir lo mismo que diría el resto de personas.
En la actualidad, tenemos
alcances tecnológicos y fuentes de conocimiento que nos permiten conocer una
gran cantidad de cosas, pero no todos conocen lo que es la verdad de las cosas,
de la vida. Aquellos que se muestran incapaces de buscar la verdad de las cosas
y de la vida son porque padecen la
pereza. Son personas perezosas en el ámbito del trabajo, que se conforman con
lo mínimo, buscan el máximo beneficio con el mínimo esfuerzo. Y es que hay veces que se necesita mucho
esfuerzo para conseguir conocer y hay quienes no están dispuestos a esmerarse.
Nos han hecho vivir en
una especie de burbuja de la que dependemos íntegramente. Esta dependencia
puede, y en ocasiones ocurre, suponer o conllevar un problema ya que nos separaría
poco a poco de nuestra vida cotidiana Con esto quiero decir que la dependencia,
y ahora hago alusión a cualquier dependencia,
contrae consecuencias. Por ejemplo; antes hemos visto que las redes
sociales están en auge hoy en día y que un gran número de personas lo
utilizamos como medio de conocimiento y de interacción, pero lo que no hemos
explicado es la adicción que crea. Con esto quiero decir que cada vez es más
frecuente ver a un joven delante de la pantalla del ordenador subiendo fotos a
internet o chateando con algún amigo, o grupos de amigos sentados en una
terraza de un bar con sus móviles de última generación en sus manos sin ningún
tipo de conversación entre ellos. Por tanto, estas herramientas crean una
cierta dependencia en algunas personas. Además, también podemos poner el
ejemplo de buscador como Google o Yahoo en los que con un simple clic tenemos a
nuestra disposición una gran cantidad de información (trabajos, imágenes,
noticias, reportajes...).
Esta dependencia de las
redes sociales ha llevado a que haya jóvenes vagos y cómodos. Y es que estos
nuevos jóvenes han nacido rodeados por nuevas tecnologías y en una sociedad en
la que el bienestar está más que asentado. No conocen la mayoría de ellos lo
que significa el esfuerzo y en consecuencia tampoco la recompensa.
Muchas veces se habla de la satisfacción que producen las compras para
las mujeres y es que salir una tarde a gastar en abrigos, zapatos y bolsos
resulta para la mayoría de las mujeres una actividad muy placentera y
reconfortante. Es para las féminas una manera de liberar tensiones, de
desconectar del mundo laboral y familiar y centrarse únicamente en su bienestar
y mejora de su imagen.
Sin embargo, para los hombres es todo lo contrario. Ellos
prefieren que sean otras personas quienes les compren sus pantalones, camisas y
bufandas. Para los hombres ir de compras no es una actividad gustosa sino más
bien aburrida. Por tanto, mientras que la mujer disfruta cada vez que entra en una tienda, compra y
llega a casa y abre su caja nueva de
zapatos, el hombre prefiere que le compren ropa y él se limitará a lucirla. Es
el ejemplo que cualquiera de nosotros observamos en casa, cuando nuestras
madres llegan con un cargamento de bolsas llenas de ropa nueva para que
nuestros padres renueven sus armarios.
A pesar de la tendencia masculina a rechazar el ir de compras, sí que es
cierto que cada vez son más los hombres que están empezando a adquirir la
costumbre de salir una tarde a comprarse ropa. Tal y cómo Jaime Nubiola expone
en su libro, se puede hablar de un nuevo lema, igual de válido tanto para las
mujeres como para los hombres, “compro luego existo”. Bajo este lema se da a
entender que hoy en dia si no entramos en el mundo del consumismo no existimos.
Vivimos en una sociedad en la que se compra por comprar y no por
necesidad como antaño. Se compra de manera compulsiva, satisfaciendo nuestro
gusto, y no por necesidad. Muchos compradores asumen satisfechos ser “yo soy lo
que compro”. Pero, ¿dónde queda el
consumo razonable?
El mejor ejemplo de un consumo exacerbado y desmesurado es el
despilfarro del que presumen los famosos. Estas estrellas del cine, de la
música o de cualquier mercado que mueva millones, llegan a ser idolatrados por
todo lo que tienen en su posesión. En este afán por dar a conocer lo que se
tiene, entran en juego los medios de comunicación ya que nos informan sobre la
supuesta felicidad de todas esas personas por el hecho de poseer grandes
cantidades de cosas materiales.
Este hecho me recuerda a una frase que leí, del famoso actor Will Smith
que decía; ¨Gastamos dinero que no tenemos, en cosas que no necesitamos, para
impresionar a gente a la que no le importamos¨. Esta es la paradojica reflexión
que podemos sacar del mundo del famoseo, un mundo en el que quién más tiene es
considerado un ídolo.
Las redes
sociales facilitan y acentúan el vicio, y hacen que el adicto desconecte de la
realidad. En el libro hemos visto que
las redes sociales tienen su lado positivo y es que son muy útiles y
necesarias a la hora de complementar relaciones a distancia pero no deben
sustituir nuestras amistades y hacer nuevas.
Un claro ejemplo
de este hecho, sería la red social de Facebook, en la que podemos llegar a
sumar miles de seguidores, o tambien llamados "amigos", cuando en
realidad son perfectos desconocidos ya que ni si quiera conocemos en muchos
casos sus gustos, aficiones o incluso su tono de voz.
Nos convertimos
por tanto, en seres solitarios que prefieren el contacto virtual con personas
que realmente no conocemos, renunciando a la tradiccional y cálida compañia de
un pequeño grupo de amigos que se toman una cerveza y se cuentan sus cotilleos
diarios en el bar de la esquina.
Delfines,
loros, tiburones y monos. Muchas anécdotas que recordar de estos 19 años de
vida pero solo os contaré una. Todavía me acuerdo cuando fui hace ya 10 años
con mis padres a República dominicana y nos sorprendió que el techo del
aeropuerto fuese de paja. Además todos los trabajadores, que eran especialmente
amables, con una sonrisa en la cara se ofrecían a ayudarnos. El viaje acababa
de comenzar y ya solo la llegada nos transmitía muy buenas vibraciones. La
verdad es que fue uno de los mejores viajes que he hecho con ellos. Por cierto,
no, no tengo hermanos, soy hija única, por eso, siempre viajamos los tres, y
no, no es aburrido como muchos pueden pensar. Da igual que vayamos a esquiar, a
la playa... la experiencia siempre es genial.
No
he hecho grandes cosas ni logrado méritos de los que estar orgullosa en mi
vida, claro que solo tengo 19 años y toda una vida por delante. Lo que sí que
he hecho es disfrutar del tiempo y conocer. Me encanta viajar. No sabría decir
si me gusta más ir de viaje con mis amigas o con mis padres, bueno supongo que
es totalmente diferente.
Bueno
creo que ya va siendo hora de que me presente. Me llamo Sara Fulgencio pero
todo el mundo me llama Sara. Nací en San Sebastián, o eso dicen mis padres
porque a decir verdad yo ni siquiera me acuerdo. Debió de ser un martes, un día
soleado. Risueña, cariñosa y feliz con tal de tener entre mis manos un regaliz,
una muñeca o mi conejo de peluche que me regaló mi tía nada más nacer…Así era
yo de pequeña.
Con
15 años recibí una de las mayores alegrías: mis padres me regalaron la moto que
les llevaba pidiendo un año. ¡Anda que no insistí para que me la compraran! Se
me pone la piel de gallina al recordar aquel día. Era el día de mi cumpleaños y
yo como siempre me tomaba el desayuno a toda prisa para ir andando al colegio.
Aquel día mis padres me acompañaron al portal, cosa que nunca hacían pero
tampoco me sorprendió, y cuando giré el pomo y baje el peldaño de entrada vi la
moto. Estaba allí, quieta, esperándome..
Estudié
en el colegio Sagrado Corazón Mundaiz Ikastetxea de San Sebastián y allí conocí
a gente muy variopinta. Aprendí muchas cosas a nivel académico pero también a
nivel personal. Conocí a gente que me ayudó a moldear mi personalidad y de las que aprendí mucho.
Esas personas tienen gran parte de culpa o de responsabilidad de que yo sea hoy
tal y como soy, porque dejaron huella en mí y es algo que les agradeceré
eternamente. Pasé allí una buena etapa acompañada de grandes recuerdos. Un
recuerdo de esta etapa de mi vida en el colegio que nunca se me olvidará, fue
el viaje que hicimos a Polonia mis compañeros de clase y yo. Un intercambio de
inglés a Polonia ¿lógico verdad? Fueron realmente increíbles los días que
pasamos juntos los estudiantes polacos y nosotros, intercambiando diferentes
estilos de vida y diferentes formas de ver las cosas. Además tuvimos la
oportunidad de visitar el campo de concentración de Auschwitz y conocer más
detalladamente la dramática historia que sufrió este país.
El
año pasado vine a Pamplona para estudiar Enfermería en la Universidad de
Navarra. Recuerdo que los primeros días tenía un sentimiento extraño, era una
mezcla de emoción y nerviosismo.
Soy
de esas personas que son extremadamente abiertas, que no se callan nada de lo que piensan,
que hablan sin ningún problema, sin cortarse, y sobre todo, sueltan bromas, vaciles y risas constantemente.